Dificultades en el Aprendizaje




Dificultades en el Aprendizaje: Unificación de criteriosRevista Electrónica de Dificultades de Aprendizaje, Número 1, Volumen 1Javier Romero y Rocio Lavigne11Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación. Universidad de Málaga. Complejo de Psicología y Ciencias de la Educación. Campus de Teatinos s/n. Málaga, 29071.
La concepción de Dificultades en el Aprendizaje (DA en lo sucesivo) en España adolece de ciertas dosis de ambigüedad, de falta de acuerdo acerca de qué sean las DA, cuál es la causa que las origina, qué personas las padecen, y, como consecuencia, de criterios diagnósticos unificados y estables que faciliten la tarea de los profesionales. No obstante, el interés por su estudio se ha extendido, trascendiendo al restringido ámbito académico: las necesidades que día a día plantean los alumnos con DA, sus maestros y tutores e, incluso, las administraciones que han de proveer los recursos para atenderlas, fuerzan la reconceptualización y la unificación de criterios. En un sentido amplio, extensivo, hemos pasado de los “Trastornos Escolares” a las “Necesidades Educativas Especiales” (1) para llegar a las “Dificultades en el Aprendizaje” (2), haciendo equivalentes las expresiones aunque cambiando sustancialmente el punto de vista desde el que se abordaban los problemas: del alumno a las propuestas educativas para, de nuevo, volver al alumno. Por ejemplo, en Andalucía, Comunidad pionera en el intento de definir las DA desde la propia administración educativa, en el año 2001, en un documento de uso interno entre los equipos de orientación, se refería a estos alumnos como: “Este alumnado se caracteriza por la presencia de algunos de los rasgos siguientes: desórdenes en los procesos cognitivos (percepción, atención, memoria, … ), impedimentos neurológicos (disfunción cerebral mínima, … ), déficit de atención e hiperactividad o inteligencia límite.)”(3). Sin que existiera, como ocurre aún en gran parte de España, un cuadro clasificatorio que sirviera de marco de referencia a los profesionales y a la administración para poder atender con similares criterios y recursos las necesidades de los alumnos. Sin embargo, en otros ámbitos interesados en las DA, sobre todo en las universidades, se optó por una concepción más restrictiva, circunscribiendo el objeto de estudio a los problemas que se presentan en el aprendizaje de la lectura y la escritura y, todo lo más, también en el aprendizaje de las matemáticas, lo que reduce considerablemente el colectivo de alumnos a los que atender. De tal modo que en la actualidad hay quienes equiparan DA y dislexia, y quienes, por el contrario, abogan por una concepción tan inclusiva de las DA que, en la práctica, casi ha dejado de tener significado diagnóstico.Pero, la realidad se impone y en la escuela han surgido problemas de aprendizaje que antes no se daban o, más bien, no se atendían, por su escaso número o, quizás también, porque se primaban los casos más graves. Lo cierto es que otros grupos de alumnos, emergentes y numerosos, demandan atención para sus dificultades de aprendizaje: por ejemplo, los alumnos con Bajo Rendimiento Escolar (4) (BRE, en lo sucesivo) cuya desmotivación por los aprendizajes escolares unida, frecuentemente, a retrasos funcionales en el desarrollo de procesos psicolingüísticos vinculados a la lectura (comprensión) y a la escritura (composición), debidos a malas prácticas educativas familiares e instruccionales escolares, constituyen el núcleo central y más importante del fracaso escolar; o los alumnos con Trastornos por Déficit de Atención con y sin Hiperactividad (TDAH, en lo sucesivo), cuyos retrasos neuropsicológicos, que afectan a las funciones ejecutivas vinculadas directamente a los procesos de aprendizaje que tienen lugar en la escuela, les ocasionan, en un porcentaje que supera el 20%, importantes dificultades en el aprendizaje. Alumnos que a pesar de sus innegables necesidades educativas no suelen encajar en los cuadros clasificatorios habituales, por lo cual, y al igual que con los alumnos con BRE, con Dificultad Específica de Aprendizaje de la Lectura, la Escritura y las Matemáticas (DEA) y con los que presentan Discapacidad Intelectual Límite (DIL), difícilmente el sistema habilitará para ellos recursos humanos y materiales de apoyo (adaptaciones curriculares significativas, etc.). Siendo que, considerados en su conjunto, alcanzan el 25% de la población escolar.Los alumnos y los profesionales que atienden sus dificultades requieren cuadros clasificatorios con criterios definitorios y diagnósticos claros y unificados, para que todos sepan de qué se está hablando cuando se habla de DA. Para ello, y a demanda de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, se constituyó un Grupo de Trabajo integrado por Orientadores de la provincia de Málaga y por investigadores del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Málaga (5), con el fin de unificar criterios en la definición de las DA y en el diagnóstico y en las propuestas de intervención. Los resultados (6) son, resumidamente, los siguientes:
Mantener la expresión “Dificultades en el Aprendizaje” por ser ampliamente reconocida entre profesionales, investigadores, publicaciones científicas y de divulgación, y porque introducir una nueva denominación acarrearía más confusión a la ya existente. Y reservar la expresión “Dificultades Específicas en el Aprendizaje” para los problemas relacionados con el aprendizaje de lectura, escritura y matemáticas, como ya viene siendo utilizada frecuentemente.
Partir de la idea de que las DA se presentan en el curso de procesos de enseñanza-aprendizaje intencionales, formales y reglados o no, aunque en algunos casos la causa de las DA sea previa al inicio de tales procesos.
Los procesos de enseñanza-aprendizaje en los que se ocupan enseñantes y alumnos tienen como núcleo las tareas (de lectura, de matemáticas, de conocimientos del medio, de adaptación y relaciones interpersonales, etc.), que unos tratan de enseñar y otros de aprender. Por tanto deben ser ellas, las tareas, el punto de partida para el análisis de las DA, y el modo de acercamiento ha de ser obligadamente psicoeducativo.
Son las tareas las que determinan qué procesos/estrategias y qué conocimientos han de poseer quienes las enseñan y quienes las aprenden para que el objetivo último –el aprendizaje- tenga lugar en condiciones óptimas (lo que incluye, también, la duración, es decir, la mayor o menor rapidez con la se da el aprendizaje).
Desde la perspectiva del aprendiz, el análisis de las tareas en términos de procesos/estrategias y de conocimientos establece una diferenciación clara entre alumnos que presentan graves o leves problemas de aprendizaje, es decir, entre aquellos que nunca o muy difícilmente desarrollarán y aprenderán los procesos/estrategias y conocimientos necesarios, aún contando con los apoyos adecuados, y quienes sí podrían hacerlo. Es para éstos para los que se reserva el cuadro clasificatorio “Dificultades en el Aprendizaje”.
De modo que DA es un término general que se refiere a un grupo de problemas agrupados bajo las denominaciones de: Problemas Escolares (PE), Bajo Rendimiento Escolar (BRE), Dificultades Específicas de Aprendizaje (DEA), Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) y Discapacidad Intelectual Límite (DIL). Que se manifiestan como problemas (de menos a más significativos según el orden en que se han expuesto) en los aprendizajes y adaptaciones escolares –y en ocasiones familiares y sociales-. Algunos de estos trastornos -DEA, TDAH y DIL- son intrínsecos al alumno, debidos presumiblemente a alteraciones neuropsicológicas que provocan retrasos en el desarrollo de procesos psicológicos básicos para el aprendizaje y la adaptación (Atención, Memoria de Trabajo, Funciones Ejecutivas, Desarrollo Fonológico, Procesamiento Temporal). Otros, en cambio, como PE y BRE son extrínsecos al alumno, es decir, debidos a factores socio-educativos y/o instruccionales (como inadecuadas pautas educativas familiares, prácticas instruccionales escolares inapropiadas, déficit motivacional, retrasos funcionales en comprensión y expresión del lenguaje hablado y escrito), que interfieren la necesaria adecuación del alumno a las exigencias de los procesos de aprendizaje. (7).
En cuanto a las Dificultades Específicas de Aprendizaje (DEA) (ver cuadro 1) se definen de forma operativa como: “Un término específico que se refiere a un grupo de trastornos que se manifiestan como dificultades significativas en el aprendizaje y uso de la Lectura, Escritura, Cálculo y Razonamiento Matemático. Las DEA pueden darse a lo largo de la vida, si bien mayoritariamente se presentan antes de la adolescencia y en el curso de procesos educativos intencionados de enseñanza y aprendizaje, formales e informales, escolares y no escolares, en los que interfieren o impiden el logro del aprendizaje que es el objetivo fundamental de dichos procesos. Estos trastornos son intrínsecos al alumno que, no obstante, presenta un CI dentro de la normalidad, y son debidos presumiblemente a alteraciones neuropsicológicas que provocan retrasos en el desarrollo de procesos psicológicos (procesos perceptivos y psicolingüísticos, Atención, Memoria de Trabajo, Funciones Ejecutivas, Desarrollo Fonológico, Procesamiento Temporal) básicos para el aprendizaje. Las DA pueden ocurrir conjuntamente con otros trastornos (por ejemplo, deficiencia sensorial, discapacidad intelectual, trastornos emocionales graves) o con influencias extrínsecas (por ejemplo, privación social y cultural), aunque no resultado de tales condiciones e influencias. (8)Cuadro 1. Definición Operativa de las Dificultades en el Aprendizaje.
La unificación de criterios diagnósticos implica un procedimiento unificado de evaluación psicoeducativa que entrañe describir, explicar y proponer medidas psicoeducativas. Partiendo del análisis de la demanda de atenciones para el alumno que hacen el maestro y/o el tutor (incluido el protocolo de detección que éstos deben cumplimentar) (9), la evaluación psicoeducativa de las DA (ver cuadro nº 2) debe atender a dos aspectos fundamentales: a) evaluación de la Competencia Curricular del alumno (protocolo a cumplimentar por el profesor/tutor), y b) evaluación Psicológica de: La tarea o tareas en las que el alumno presenta las DA; el alumno; la escuela (maestro y centro); la familia y el contexto social particularmente indicado en alumnos adolescentes y/o con manifiestas diversidades culturales y en alumnos con sospechas de TDAH.Cuadro 2. Procedimiento de Evaluación Psicoeducativa de las DA.

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